La "competencia" del capitalismo es la permanente degradación del trabajo y la educación
Las leyes educativas del kirchnerismo y la reforma de media que Sileoni quiere imponer, tienen un eje importante en la educación técnica y profesional (ETP).
En ella se plantea la formación por competencias, es decir que la escuela desarrolle una serie de habilidades en los alumnos que les permitan resolver los problemas que plantea hoy el mundo del trabajo. Se indica que las escuelas técnicas y profesionales deben ir al esquema inicial de la formación profesional, donde empresas y sindicatos intervenían directamente. Se insta a las escuelas técnicas que estrechen sus vínculos con las empresas de la zona, con créditos que la provincia dará a las empresas para la compra de maquinaria, donde también puedan realizar las pasantías los estudiantes, deduciéndole impuestos. El organismo que desarrolla esta tarea es el Copret (Consejo Provincial de Educación y Trabajo).
Según J.C. Rojas, director de Escuelas Técnicas de Buenos Aires, fue creado para desenvolver el carácter de la Ley Provincial de Educación: "Elaborar una oferta educativa a partir de las necesidades de las empresas y no al revés" (exposición en la Universidad Pedagógica de la Provincia de Buenos Aires, mayo 2009).
Estos cambios en la educación están fundamentados en: "Las transformaciones del ámbito productivo y laboral que están llevando progresivamente, a cambios profundos en el contenido de los empleos, en el requerimiento de calificación y en la demanda de conocimientos" (J. Lasida, Formación por Competencias). Todo esto provocado por las innovaciones tecnológicas que habrían transformado la organización del trabajo de fordista a una post fordista, es decir del taylorismo al post taylorismo o toyotismo.
Así se explicarían los cambios de la producción en serie a la producción diferenciada, de la especialización a la polivalencia, de puesto de trabajo definidos a redes de trabajo, de actividades repetitivas a innovación y creatividad.
La escuela técnica y profesional, tendría que dar respuesta a estas necesidades dentro de la reforma de la secundaria.
La realidad es que las innovaciones tecnológicas son aplicadas por los capitalistas para aumentar su control sobre el proceso de trabajo. Es decir, incrementar el dominio físico y mental de los empresarios sobre el conjunto de la actividad laboral, por eso la difusión de la informática, telecomunicaciones, microelectrónica, etc., está asociada a enormes atropellos al nivel de vida y a las condiciones de trabajo de los trabajadores.
Estas tecnologías aparecen como un recurso para enfrentar los problemas creados por el agotamiento del taylorismo, la inviabilidad de la "gerencia científica", que desmorona la productividad y la calidad. La tecnología no exige ningún cambio en la legislación laboral, ni la atribución patronal de cambiarle el puesto de trabajo al operario, ni desplazarlo físicamente de un lugar a otro, modificarle los horarios, anularle los descansos, alargarle la jornada laboral, etc.
Por ejemplo, en la aplicación de tornos automáticos (CNC), que se pueden programar para fabricar cualquier tipo de piezas, entre la opción de concentrar la decisión de la programación en el operario o derivarlo hacia la gerencia, se optó por esta última, amputando las facultades al operario, al margen de cualquier decisión técnica.
Es decir que el capitalismo provoca, instrumentando las nuevas tecnologías, una mayor fractura entre la concepción del trabajo y su realización, un incremento en el monopolio del saber en la gerencia patronal. En la era de la informática, el saber y el conocimiento podrían circular libre y transparentemente, pero el taylorismo inhibe su utilización plena provocando un desperdicio estructural de las nuevas tecnologías.
Además, la rotación de tareas es el eje de la flexibilización laboral, porque aumenta el control patronal, la variabilidad de los puestos de trabajo no guarda la menor relación con las necesidades tecnológicas. Los imperativos de rigurosa estandarización y especificación, que aparecen con la fabricación computarizada, implican una repetitividad del trabajo, la reasignación constante de labores no elimina la rutina taylorista, ni incentiva el interés del trabajador. Lo que ocurre es que la producción de plusvalía relativa aumenta no sólo con la cantidad de máquinas que atiende un trabajador sino también por la multiplicidad de operaciones realizadas. La automatización flexible permite el usufructo patronal del esfuerzo obrero.
Por otro lado, la aparición de círculos de calidad implica que la fractura en el conocimiento que provoca el taylorismo es inoperante y que el "saber hacer" es un proceso colectivo. Estos grupos contrarrestan el deterioro de la calidad pero deben actuar como sustractores de la información técnica que han asimilado los obreros y como disciplinamiento a los nuevos ritmos de producción.
Es falso que los grupos autónomos sepultan al taylorismo, ellos están conectados a la línea de montaje y supeditados a sus tiempos, en realidad son una forma de autodisciplinamiento colectivo y una disminución de los costos de vigilancia.
Por último, la polivalencia es una modalidad de re taylorización. Porque incrementa el esfuerzo y el cansancio del trabajador, haciéndole cada vez más difícil entender qué está haciendo, comprender el proceso global.
El desarrollo tecnológico logrado plantea objetivamente la necesidad de reducir las jornadas de trabajo, manteniendo los salarios, dejando tiempo a las masas para la educación, por ejemplo. Al revés, la necesidad del capitalismo de recuperar tasa de ganancia, aumentando la explotación, alarga las jornadas y reduce le empleo y el salario, inhibiendo toda posibilidad de desarrollo productivo y educativo. Planteamos no a las leyes educativas flexibilizadoras y privatistas, prohibición de los despidos, reparto de las horas de trabajo con la consiguiente reducción de la jornada, sin bajar salarios, pasantías pagas, con salario y condiciones de convenio, para los estudiantes. Comisiones de trabajadores de las fábricas, docentes y estudiantes que definan la formación técnica e integren la tecnología al servicio de la producción y la educación de las masas.
Silvia Jayo
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