La proponen desde el Banco Mundial a Solanas
Cualquiera sea la propuesta, proceda del oficialismo o de la oposición, la ‘asignación’ que vendría a erradicar la pobreza de la Argentina será financiada por los trabajadores, no por los capitalistas. Por ejemplo, “se estima que otorgar 180 pesos mensuales por hijo significaría un costo anual de unos 31.000 millones de pesos, de los cuales unos 15.000 millones surgirían de redistribuir fondos asignados a políticas actuales de ayuda social” (La Nación, 26/10). Para la ‘asignación’ que propone Proyecto Sur, se calcula que, de los 31.500 millones necesarios “sólo habría que conseguir 10.500... el resto surgiría de recursos que están en planes como el Jefes de Hogar y el Familias, entre otros, y de la mayor recaudación impositiva por mayor consumo” (ídem). O sea que el 50% de los fondos saldría del bolsillo de las mismas familias que hoy están bajo el nivel de pobreza e indigencia, y el resto de los consumidores finales, no de los capitalistas.
Lo mismo ocurre con el plan de los 100.000 empleos para obra pública que ha lanzado el gobierno K a partir de las intendencias. Hay familias enteras que rechazan inscribirse en este plan porque dejan de ser beneficiarios del plan social que están recibiendo. De este modo, la financiación social de los pobres queda a cargo de los mismos pobres en forma directa, y en forma indirecta a través de los impuestos.
El Banco Mundial recomienda “el acceso a los beneficios del seguro de desempleo y a la seguridad social” (Clarín, 26/5), como contrapartida a los despidos en masa. El asesor de empresas Ernesto Kritz aconseja un plan de emergencia para la población más vulnerable, que asegure la canasta de alimentos básicos.
Denunciamos esta tentativa reaccionaria de redistribuir la pobreza que impulsan sin excepción desde el Banco Mundial hasta el centroizquierda, pasando por el gobierno y su oposición. Cualquier salida mínima a la miseria extrema pasa por un impuesto extraordinario al gran capital.
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